FORDISMO Y TAYLORISMO

FORDISMO: Integración de las diversas etapas de la fabricación de un producto en una cadena de producción, en la que cada trabajador está especializado solamente en una tarea. Gracias a ello, es posible la fabricación en serie de un gran número de unidades de un mismo artículo. Este sistema se llama así porque fue usado por primera vez en la fábrica de automóviles Ford. Apareció en el siglo XX promoviendo la especialización, la transformación del esquema industrial y la reducción de costes. La diferencia que tiene con el taylorismo, es que ésta innovación no se logró principalmente a costa del trabajador sino a través de una estrategia de expansión del mercado. Este sistema comenzó con la producción del primer automóvil a partir de 1908 con una combinación y organización general del trabajo altamente especializada y reglamentada a través de cadenas de montaje, maquinaria especializada, salarios más elevados y un número elevado de trabajadores en plantilla y fue utilizado posteriormente en forma extensiva en la industria de numerosos países, hasta la década de los 70 del siglo XX. El fordismo como modelo de producción resulta rentable siempre que el producto pueda venderse a un precio relativamente bajo en relación a los salarios promedio, generalmente en una economía desarrollada.

Cadena de montaje Ford

Taylor (taylorismo)

TAYLORISMO: Organización científica del trabajo diseñada por Taylor para aumentar la productividad y los beneficios de las empresas. Los trabajadores especializados, dentro de una cadena de producción, deben llevar un ritmo de trabajo que no puede decaer, para lo cual han de realizar su tarea en el menor número posible de movimientos y en un tiempo determinado, con el fin de ganar rapidez. Hace referencia a la división de las distintas tareas del proceso de producción. Fue un método de organización industrial, cuyo fin era aumentar la productividad y evitar el control que el obrero podía tener en los tiempos de producción. Está relacionado con la producción en cadena. Taylor elaboró un sistema de organización racional del trabajo en un planteamiento integral que luego fue conocido como “taylorismo”. Se basa en la aplicación de métodos científicos de orientación positivista y mecanicista al estudio de la relación entre el obrero y las técnicas modernas de producción industrial, con el fin de mejorar la eficiencia de la mano de obra, máquinas y herramientas, mediante la división de las tareas, la organización del trabajo, y el cronometraje de las operaciones, más un sistema de motivación mediante el pago de primas al rendimiento, suprimiendo toda improvisación en la actividad industrial.