Suben los casos de
alergia en niños por el incremento de partículas de combustión diésel en la
atmósfera
Se prevé un aumento de las alergias del 15
al 20 por ciento en niños menores de 14 años, puesto que, entre las causas, la
doctora del Instituto Hispalense de Pediatría (IHP) Inmaculada Vázquez, apuntó
al incremento de partículas de combustión diésel en la atmósfera de nuestras
ciudades, tal como indica en un artículo en el último número de la revista 'Mi
Pediatra'.
SEVILLA,
11 (EUROPA PRESS)
Según
informó en un comunicado, "en los niños la prevalencia de la alergia al
polen o polinosis es ligeramente menor que en la edad adulta". En este
sentido, indicó que "en los últimos años se ha duplicado el número de
pacientes alérgicos al polen en el medio urbano, respecto al medio rural".
Así, en
la edición de abril de la revista 'Mi Pediatra', expone que este aumento de los
niños polisensibilizados se debe al "incremento de partículas de
combustión diesel en la atmósfera de nuestras ciudades".
"Estornudos
continuos, picor en nariz y ojos, taponamiento nasal, 'agüilla', enrojecimiento
ocular, tos, pitos, ahogos e hinchazón de la piel son los síntomas que delatan
que su hijo puede ser alérgico. Éstos, pueden aparecer a cualquier edad, aunque
con más frecuencia debutan cuando se han vivido al menos dos primaveras",
apuntó la doctora.
"Los
síntomas de la alergia aparecen por la unión de unos anticuerpos (defensas
fabricadas por el individuo ante distintos agentes) con el polen con el que
está sensibilizada la persona. Estos anticuerpos se encuentran en la conjuntiva
ocular, mucosa nasal y mucosa del árbol bronquial", explicó.
Una vez
detectados los síntomas, la doctora recomienda acudir al pediatra, "quien
realizará una prueba poco sensible (Padiatop-Infant) pero que le servirá de
orientación, junto a los antecedentes familiares o la persistencia de los
síntomas durante más de dos semanas para mandarlo o no al especialista".
El
alergólogo por su parte, "tras realizar una buena anamnesis y una
exploración clínica, llevará a cabo un estudio inmunoalérgico, que incluye la
realización de pruebas alérgicas (prick-test) con una alta sensibilidad, fácil,
rápida y de muy bajo coste".
"Pero
las papeletas para ser un niño alérgico se acentúan si los padres son
alérgicos, ya que la posibilidad oscila entorno al 30 y al 70 por ciento",
dependiendo de si el alérgico es uno o son los dos progenitores, de si se ha
nacido entre uno y tres meses antes de la estación polínica, "de si se ha
padecido alergias alimentarias en los primeros años o bronquiolitis en los
primeros meses de vida", concluye la doctora Vázquez.
CÓMO
TRATAR LA ALERGIA AL POLEN
En el
artículo del último número de la revista 'Mi Pediatra' también se apuntan las
principales líneas a seguir en el tratamiento. En primer lugar, se destacan las
medidas para evitar el alérgeno y la educación del paciente y de sus
progenitores: "mantener ventanas y puertas cerradas el mayor tiempo
posible --sobre todo a primeras horas del día y al atardecer, que es cuando se
registran los mayores niveles de polinización--, evitar salidas al campo, usar
gafas de sol, llevar las ventanillas del coche cerradas, evitar realizar
ejercicio intenso al aire libre y los cambios bruscos de temperatura", son
algunos de los consejos.
Además
la doctora Vázquez apuntó las características del tratamiento farmacológico,
"que calman los síntomas, pero no curan". "Los más utilizados,
en la rinoconjuntivitis, son los antihistamínicos orales de segunda y tercera
generación (no provocan somnolencia), antihistamínicos tópicos (nasales u
oculares), y corticoides nasales tópicos.
En
cuanto a la vacuna específica, aceptada por la Organización Mundial de la Salud
desde hace años para el tratamiento de las alergopatías, la doctora subrayó que
"constituye el único tratamiento etológico y en un alto porcentaje,
curativo, capaz de modificar el curso natural de la enfermedad alérgica".
Según
apuntó "consiste en la administración progresiva de dosis crecientes del
alérgeno con el fin de habituar al organismo a los pólenes responsables de la
reacción alérgica. Su duración comprende un periodo mínimo de tres a cinco
años, pudiendo suspenderse una vez cumplimentado dicho tratamiento y presentar
al menos una primavera sin síntomas.
La
vacuna será más eficaz si el paciente está monosensibilizado, pero dado que
cada vez es más frecuente la aparición de polisensibilizaciones, se aconseja no
mezclar más de dos o tres pólenes, una vez comprobada la relevancia clínica de
éstos en el paciente".
Asimismo,
indicó que "las vías de administración son tres: subcutánea, sublingual y
recientemente existe en el mercado una vacuna oral de gramíneas, aunque por el
momento en España no está indicada para niños".
JOSE MIGUEL REDONDO SÁNCHEZ